Consideren estos datos … Es normal que…

  • ¿1 de cada 3 mujeres experimentan violencia doméstica durante su vida?
  • ¿Cada año más del 50% de los niños sufren violencia y el 20% mueren a raíz de esa violencia?
  • ¿Más de 700 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, viven en la pobreza extrema?
  • Según el Informe de Paridad de Género del WEF 2020: necesitamos 257 años para alcanzar la paridad de género! 
  • Además, en las últimas décadas, hemos visto aumentos masivos en la deforestación, la producción de CO2, la contaminación química y la destrucción de la biodiversidad. 

¿Todos estos datos son realmente normales? ¿Por qué la economía convencional esta tardando tanto en ofrecer soluciones efectivas a estos problemas?

COVID-19 nos ha demostrado ser un gran acelerador para la transformación de valores, hábitos y sistemas. Especialmente mostrándonos la importancia y el “valor” de las personas que trabajan en salud, educación, el cuidado de niños, ancianos y enfermos, así como la urgente necesidad de reconsiderar nuestros valores y sistemas económicos actuales. Básicamente vemos están “re-viviendo” los principios de la Economía del Cuidado”. Esta visión de la economía engloba un sistema económico que promueven el bienestar y el desarrollo de las personas, independientemente de su sexo, clase, raza o capacidad, respetando y asumiendo la responsabilidad del planeta. 

¿Cómo comenzó la economía del cuidado? La antropóloga Margaret Mead da un claro ejemplo: cuando una persona sobrevivió a una fractura de fémur gracias al cuidado de los demás. Básicamente, la civilización comenzó a formarse con la protección y el cuidado de un individuo por otro. Sin la ayuda y el sistema de apoyo de otros, la sociedad como la conocemos hoy no habría sobrevivido. Mead afirmó que el acto de cuidar fue el primer bloque de construcción de la civilización humana.

Inspirándose en cuatro décadas de investigación de Riane Eisler, escritora abogada, socióloga y activista, vemos que los 4 pilares básicos de la economía del cuidado son los siguientes:

VALORIZAR Y VISIBILIZAR:

  1. el cuidado del medio ambiente
  2. el “Trabajo del Cuidado”
  3. Invertir en el desarrollo de la educación infantil y de “re-skilling” en el trabajo 
  4. La transparencia y las métricas sobre la Economía del Cuidado

 

  1. Valorar y visibilizar el cuidado del medio ambiente

En 2009, los líderes de todo el mundo no pudieron resolver la lucha contra el cambio climático en la Cumbre del Clima de Copenhague, que resultó ser un fracaso absoluto. Avanzamos rápidamente seis años al 2015 y vemos un cambio radical de actitud y cooperación de la mayoría de los países en el mundo en la Cumbre del Clima de París: por primera vez en la historia de nuestra civilización, las naciones están colaborando en temas climáticos de manera colectivas como la única vía para abordar este problema.

Además, la pandemia nos ha demostrado que las empresas con sólidas estrategias de sostenibilidad social y del medio ambiente  –  las que “cuidan”  a sus empleados y el medio ambiente –  son mas resilientes y se adaptan mejor a las nuevas circunstancias. 

  1. Valorar y Visibilizar el “Trabajo de Cuidado”

Muchos estudios de investigación muestran que el estatus socioeconómico de la mujer predice la calidad de vida de todos los que la rodean. Básicamente, el trabajo de cuidado es esencial para el bienestar de una sociedad que todavía, la mayoría de los países desde los capitalistas, socialistas y comunistas no valoran ni visibilizan. Ademas, en el mundo actual, muchas mujeres son discriminadas en su lugar de trabajo y en el hogar, trabajando gratuitamente en sus casas y con salarios muy bajos en relación el valor que brindan a la sociedad como el cuidado de los futuros ciudadanos. El resultado de esta desvalorización trae resulta en la baja calidad de vida de un país. ¿Ha considerado que nuestras enormes desigualdades económicas existen porque actualmente no valoramos plenamente el trabajo del cuidado?

  1. Invertir en el desarrollo de la educación infantil y de “re-skilling” en el trabajo 

Más que nunca, todos los seres humanos necesitamos colaborar, ser resilientes, empáticos y flexibles, llevando esas habilidades, competencias y comportamientos al trabajo, al hogar y a nuestra comunidad. Muchos estudios de investigación científica demuestran que estas habilidades muy necesarias para la sociedad del Siglo 21 dependen en gran medida de la calidad de la atención, cuidado y la educación que reciben las personas en sus primeros años de vida. Las experiencias de la primera infancia impactan directamente en el desarrollo de nuestro cerebro, afectando también como cómo pensamos, sentimos y actuamos como adultos – básicamente nuestra actitud en el trabajo, familia  … y también a quien votamos! Además, está comprobado que en la temprana edad, los niños aprenden lo que es «normal», moral, incluso inevitable. 

Lo preocupante es que todavía en muchas culturas, los niños aprenden en su hogar que «hay personas que son más valoradas (valiosas) que otras», lo que explica según Riane Eisler en su nuevo libro Nurturing our Humanity.

  1. La transparencia y las métricas sobre la Economía del Cuidado

Lo que se mide se hace, y se mejora. Por ende, es fundamental incorporar métricas que midan el bienestar de las personas, la comunidad y el medioambiente. La medición más reconocida mundialmente es el PIB (Producto Bruto Interno), que se creó hace más de cien años, y creemos que necesita adaptarse a la nueva realidad de hoy. Además, el PBI refleja el flujo de productos, servicios y dinero, pero no la calidad de vida. Estudios que muestran que si se incluyera este tipo de trabajo en el PBI representaría entre el 20 y el 50%. Este trabajo es vital para que nuestras economías de mercado funcionen en armonía. Sin embargo, estas métricas del Cuidado no se han incorporado en el PIB salvo muy pocas excepciones como los países del norte de Europa y otros mas.  

Creemos que también las empresas necesitan medir de manera trasparente y autentica su cuidado de las personas como también del medioambiente por ejemple utilizando la Herramienta de Asesoramiento como la de impacto B y la de los WEPs.  

Según algunos, COVID está reduciendo la globalización económica, sin embargo, todavía está creando más brechas entre los que tienen y los que no tienen en todo el mundo, así como problemas ambientales muy serios.  Echemos un vistazo a nuestra realidad actual: solo se necesita una persona infectada para desatar el caos y los cierres en todo un país: el «efecto mariposa» de la teoría matemática del caos: «que algo tan pequeño como el aleteo de una mariposa puede causar en última instancia un Tsunami en otro lugar del mundo” se convierte en realidad.

COVID refuerza el hecho de que nuestro planeta se ha convertido en una “aldea” y la tecnología está escalando rápidamente nuestro mundo interconectado de manera masiva. Además, ahora está claro que la acción climática solo se puede lograr si todas las naciones colaboran juntas con parámetros globales.

Tenemos pruebas claras de que ya no podemos actuar de forma aislada. Necesitamos transformar nuestros valores y sistemas económicos en algo que todos los seres humanos tenemos en común desde el principio: ¡cuidarnos unos a otros!

Laura Giadorou Koch
Fundadora y Chief Engagement Officer
Women 4 Solutions, Inc.
Abogada, Emprendedora Social, Changemaker e Inversora de Impacto, 

 

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